La Lactancia. Extracción y Almacenamiento de Leche Materna (Cuarta Parte).
La primera vez que tuve que repensar y organizar mis ideas sobre la extracción de la leche materna, fue hace unos meses, cuando una prima que recién había tenido su segundo bebé- a diferencia de con el primero, con este estaba produciendo más leche-, me agarró “fuera de base” y empezó a bombardear preguntas… “¿cada que tiempo debo extraerme? ¿si me extraigo, puedo pegar al bebé? , tengo miedo que me quede ‘seca’ ¿cómo guardo la leche?”
Trataré de recordar mis respuestas, al parecer le fueron de utilidad. Pudo lactar su segundo bebé de manera exclusiva por seis meses. Ella es un ejemplo de que independientemente de que no hayas tenido una buena experiencia en el pasado, puedes intentarlo nueva vez y muy seguramente triunfarás. Cada caso es distinto, y el cuerpo no reacciona igual siempre. Lo importante es no darnos por vencidas antes de tratar.
Recuerdo que le dije, no hay una receta para esto. Poco a poco irás descubriendo las horas, los momentos y casi de manera natural y sin que lo planifiques se irá desarrollando una rutina de extracción de leche materna. Como he dicho en otras ocasiones, no me considero experta en este tema, solo hablo desde mi experiencia y cómo me ha funcionado a mí. De modo que les comparto cómo he podido guardar cientos de onzas de leche materna.
Con ambos embarazos he iniciado la extracción de leche con extractores eléctricos (no de los más sofisticados, he usado dos modelos de la marca Medela), a los cinco o seis días de haber dado a luz. Sin mucha preparación y anticipación, tomen su extractor, en un momento en que ya estén en casa, que ya hayan pasado esos primeros días, usualmente agitados, y en un momento de tranquilidad, empiecen a explorar, hasta cierto punto a jugar con el extractor.
Pruébalo, inicia con la potencia más baja y no pretendas extraer 4, 5, 6 onzas… con que lo pruebes y veas que no duele, que no te lastima y que es fácil de usar es suficiente. No te preocupes, sacarte leche no hará que te quedes sin nada. Si pegas a tu bebé frecuentemente (cada dos, tres horas), siempre tendrás leche en los senos. Creo que lo he mencionado antes, mientras más te saques y más pegues a tu bebé, más producirás.
Esos primeros días notarás que la leche es muy amarillenta. A medida que pasa el tiempo se volverá más blanca. Si logras 2 onzas las primeras veces, vas de maravillas. Si sacas menos, no importa. Poco a poco, lo importante es que lo hagas.
Con que te extraigas una vez al día, las primeras semanas es más que suficiente. Al pasar del tiempo, los senos se te irán llenando cada vez más y podrás sacarte dos veces al día, quizá más. Esa leche se la pueden dar al bebé en biberón cuando salgas o cuando quieras descansar. Otra opción es almacenarla para congelarla, así irás formando tu “banco” de leche para cuando vuelvas al trabajo, o si tienes algún viaje planificado.
Les comparto algunos datos importantes sobre almacenamiento de leche materna.
Higiene
Cuando recibas tu extractor, ya sea nuevo o prestado, lo primero es lavar muy bien todas sus partes (menos la parte donde está el motor y el conector eléctrico -esto lo puedes higienizar con un algodón apenas humedecido con un poquito de alcohol). Con el detergente de lavar los biberones del bebé, lava la copa extractora, los biberones y demás componentes lavables. Luego esterilízalos según las instrucciones del aparato. Los biberones deben esterilizarse con cada uso. En el caso de la copa extractora, como se usa más de una vez al día, lo que hago es esterilizar una vez, y si la necesito de nuevo, la enjuago bien con agua potable, la seco y la guardo en la nevera, para que no se descomponga algún residuo de leche. (Luego de dos usos, ya es bueno lavar y esterilizar).
Para más facilidad acostumbro tener una bolsa de tela donde guardo los biberones esterilizados y las partes lavables y los tengo en la mesita de noche, al lado del extractor. De este modo cuando vayas a extraerte tienes todo a mano. (Tener una caja de pañuelos de papel también es bueno, para limpiarte el seno al terminar, y quitar el exceso de leche de la copa de extracción).
Extracción
Siempre recuerda lavar tus manos antes de extraerte leche y al manipular los biberones y demás partes. Extraerse leche dura al menos 15 minutos. De modo que elige un momento en que estés tranquila y no tengas nada pendiente. Lamentablemente, no hay mucho que puedas hacer mientras te extraes, pues necesitas las manos para agarrar el extractor. A veces uno quisiera aprovechar el tiempo y hacer algo… pero utiliza ese tiempo a tu favor. Es un momento de relajarte, de “no tener que hacer nada”. Puedes oír música o ver un poco de televisión si la orientación de tu habitación te lo permite. Cuando termines de un lado, inicia el otro, en el mismo biberón, si no lo llenas. Al terminar ambos lados, refrigera inmediatamente la leche, a menos que el bebé vaya a consumirla en poco tiempo.
A algunas personas les funciona extraerse un poco antes de pegar al bebé, pues les saca el pezón y la leche baja más rápidamente. Otras tienen temor de sacarse de más y dejar poca leche al bebé. En mi caso, prefiero sacarme a una hora en que el bebé no tenga hambre. Esto aumenta la producción, pues el cuerpo entiende que el bebé está comiendo a esa hora. Por ejemplo, si el bebé tomó a las 10 a.m. -en principio no debe tomar hasta las 12:00 -, aprovecho para sacarme a las 11:00, de este modo, ya ha dado tiempo a producir más para cuando le toque al bebé. Hoy día que Fer ya come sólidos y necesita menos leche, usualmente me extraigo después de pegarlo, pues la pegada es para completarle si no se llenó del todo con los sólidos; de modo que como toma poco y siempre queda algo en el seno, aprovecho y me saco después de que se pega, y esa leche la usamos para hacerle las papillas de desayuno. Pero repito, esto no tiene una forma predeterminada, encuentra cómo te acomoda más. Cada etapa de tu bebé será diferente y con ello se modificarán las rutinas de extracción de la leche.
Almacenamiento
Debes guardar la leche materna en un biberón esterilizado o un envase plástico para estos fines; (la marca Avent tiene unos vasitos con tapas para guardar leche materna y comida de bebés, como se muestra en la foto -tomada de Google images). Hay funditas preesterilizadas también, marca Lansinoh y Medela. Medela tiene un aplicador que puedes poner a la fundita y extraerte directamente a la funda. (Las fundas marca Lansinoh tienen mayor capacidad, 7 oz; las Medela con 5 oz. se llenan, tómalo en cuenta, dependiendo de tu producción).
Las funditas no son tan económicas, por lo que recomiendo utilizarlas únicamente para congelar la leche. Si vas a usar la leche dentro de las 72 horas de extraída es mejor utilizar biberones o vasitos. Si pasa ese tiempo y no se ha consumido, pasa la leche del biberón o del vasito a la fundita, y congélalas. Acostumbra a poner fecha a la funda.
Reserva una parte de la nevera y del congelador únicamente para la leche materna, de este modo se evita contaminación cruzada. Jamás pongas la leche materna cerca de carnes, pescados y otros alimentos. Limpia tu nevera con frecuencia. Si lo entiendes necesario, puedes poner las funditas dentro de fundas “zip lock” grandes para preservarlas aún más. De igual modo, ponles fecha o numera las fundas zip lock. De este modo, vas usando en orden, las más viejas primero.
Duración de Leche Materna
A temperatura ambiente, no más de 3-4 horas, en un lugar seco y oscuro.
En el refrigerador (nevera), no más de 3 días.
En el congelador (freezer) no más de 6 meses.
Es normal que la leche que ha estado almacenada se ‘separe’; verás la grasa por un lado y otra parte más aguada. Simplemente agita bien. Esto no significa que se ha echado a perder. Si tienes dudas, olerla siempre es buena táctica.
Temperatura
La leche debe dársele al bebé tibia, como sale del seno, sobre todo a los recién nacidos. Para estos fines es práctico tener un calentador de leche. Si la leche está en el refrigerador, pasa la leche al biberón donde la tomará el bebé y calienta en el calentador de leche. Tengo el marca Avent. Es pequeño, fácil de usar y es muy duradero. Antes de dar la leche al bebé, déjate caer unas gotitas en el dorso de la mano para verificar que está a la temperatura adecuada. (Ni frío ni caliente).
NUNCA CALIENTES LA LECHE MATERNA EN MICROONDAS. TAMPOCO DEBES HERVIRLA. Si no tienes el calentador eléctrico de leche puedes calentarla en una ollita con agua caliente fuera de la estufa.
Si la leche está congelada, debes poner la funda congelada en la nevera, para que se descongele gradualmente. Esto tomará unas horas, por lo que debes planificarte. Una vez descongelada, calienta según explicado anteriormente. Una vez descongelada, no puedes volver a congelar. Debe ser consumida o tirada si no se usa todo ese mismo día o dentro de las 24 horas de haber sido descongelada; siempre dejándola en la nevera.
Consejo: Si te pasa como a mí, que llegué a congelar muchísimas fundas, llegará un momento que no te caben en el congelador. Mi pediatra me dio un truco que una paciente le compartió que resultó ser un éxito. Al congelar la leche, acuesta la funda, de este modo te quedará distribuida en toda la funda y queda más finita. Luego de congelada la puedes parar y ahorra mucho espacio (como en la foto).
¡Suerte! y ojalá puedas ir llenando ese freezer de mucha leche materna, Un día a la vez…