El Hábito de la Lectura

Hoy descubrí que con los niños lo que se siembra se cosecha y que sin duda los hábitos y las rutinas funcionan. Desde muy pequeñito (a los pocos meses de nacido) acostumbré a mi hijo a leer antes de irse a dormir. Una buena amiga le regaló un lindísimo libro, muy apto para su corta edad, el cuál cada página encubría diferentes imágenes una detrás de otra, como en capas, hasta que al final, el niño se descubre a sí mismo, con un espejito.

Fue tanto que manoseamos el libro, que hubo que botarlo! Se volvió un acordeón, pedazos de hojas por todas partes. De ahí en adelante, fuimos descubriendo otros, y desde pequeño ha tenido su rinconcito con libros. No es que he sido esclava de esto, muchísimas noches no nos sentamos a leer, pero si hay tiempo y condiciones lo hacemos. Siempre introducía el momento con la misma pregunta “¿quieres leer un libro?” y fue tantas las veces que se lo dije, que aún siendo un bebé, llegó un momento que al escuchar la pregunta se volteaba y miraba donde estaban los libritos.

Han pasado los años y su biblioteca ha ido creciendo (su madrina hace unos días le trajo muchísimos libros y eso revivió el deseo de leer). Hace un rato estabamos en la cama y fue a buscar los que estamos leyendo estos días y hoy leyó algunas páginas el solito, con tan solo cuatro años.

Aún a esta edad, les encanta escuchar las mismas historias una y otra vez. Uno es que se auto presiona, creyendo que hay que contarles algo diferente cada vez, que se aburrirán. Todo lo contrario, les encanta saber, anticipar lo que viene. Revivir lo que conocen. Hemos leído los mismos libros una y otra vez y cada vez parece disfrutarlos más.

Creo que no hay que entrar muy a fondo sobre las ventajas de que los niños se apasionen con la lectura, pero  por demás, es un momento de compartir ideas, de ver su parecer, su interpretación de diferentes situaciones. Sin que se den cuenta, es un excelente momento de dar lecciones, de guiar y de enseñar, utilizando los personajes, de manera indirecta. 

En uno de los mismos libritos, leí varios tips, que me parecieron muy interesantes y lo comparto con ustedes.

-Siempre leerles el título y el autor;

-Mirar juntos la portada y las fotos para que el niño prediga de que se trata la historia;

-Utilizar diferentes tonos de voz, de acuerdo a la situación, dramatizar un poco (he descubierto que aún si se les lee en otro idioma, la entonación ayuda a que entiendan mejor, sin tener que traducirles);

– Apuntar con el dedo las palabras en la medida que se les lee, pues van asociando lo que escuchan con la palabra escrita.

Inicié con el hábito, más que con la intención de que leyera a temprana edad, para hacer algo juntos mientras lo dormía en mecedora (algo que no hago con el segundo! pero ese es otro tema, que trataremos en otro momento…). Resultó que ayudó a que se interese por la lectura y que aprendiera sin darse cuenta, es un juego.

Así deben tratarse los libros, que los vean como un juguete más, como otra opción para jugar. En su habitación o área de juegos que no falten libros y no etiquetarlos uno mismo, como algo “aparte”- tratémoslos como una opción divertida y les estaremos haciendo un gran favor, sobre todo a la hora que les toque hacer tareas. Verán los libros como parte de su entorno y no como una obligación.

 

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