Y cuando ya tienes el tema leche dominado… Ya les toca sólidos! ¿Cómo saber si tu bebé está listo para introducirle sólidos?

Uno de los momentos más emocionantes es cuando te dan luz verde para darle comidas a tu bebé! Al menos para mí, chef frustrada… De una vez empieza uno a imaginarse todo lo que le prepararás, una quiere comprar muchos platitos, cucharitas, a tomar muchas fotos del bebé embarrado de comida… en fin! Se abre todo un mundo de posibilidades, sabores y colores. Sin ánimos de “aguar la fiesta”, esto es un proceso al cual deben adaptarse tanto bebé como mamá, nanas y todos los que rodean la criatura. Hay que revestirse de paciencia, tomarlo sin estrés, literalmente, Un día a la vez…

Piensen todo el proceso de aprendizaje tanto del bebé como de nosotras las mamás con el tema de la lactancia, otras con los cambios de fórmula, hasta llegar a la que le prueba; la adaptación de seno- biberón… y esto es con leche solamente. Sumemos a esto, todos los alimentos… la lista es muy larga,  y luego vienen las reacciones del bebé, a nuevos sabores, texturas, y hasta, lamentablemente, alergias en algunos casos.

No me tomen a mal, no soy negativa, al menos trato de no serlo, pero creo que es mejor que vayamos preparadas y no a desilusionarnos sin conocimiento de causa. Este proceso de introducción de sólidos en la dieta de nuestros bebés normalmente inicia a los seis meses de vida  y no termina hasta que salen de nuestro cuidado. Aún a los cuatro años, mi hijo mayor va descubriendo nuevos platos, nuevas formas de comer lo que ya conocía, y es nuestra tarea como padres educarlos en ese aspecto culinario, tanto por el bien de su salud, como en la parte social y de costumbres que acompañan el comer.

Al igual que con la lactancia, es imposible abarcar todo en un solo post, de modo que en este me limitaré a dar algunas recomendaciones para aprender a leer indicios de que nuestro bebé está listo para comer sólidos. No hay fórmulas mágicas ni cálculos perfectos, cada bebé es distinto y la edad no es el único aspecto a considerar. Empecemos con que, por ejemplo, los bebés prematuros, aunque tengan seis meses, hay que sumarles el tiempo que debieron haber estado en el útero, de modo que si les faltó un mes, a los siete es que se consideraría introducir sólidos…

Muchos médicos y en general la cultura en nuestro país es introducir sólidos a muy temprana edad, (4 meses o hasta antes). Me apena mucho y noto la falta de conciencia que hay sobre este tema, cuando veo madres dando biberones de hasta 8 onzas de jugos a bebés de dos y tres meses de nacidos; de sopas, tisanas, en fin, cualquier cantidad de alimentos. Los bebés a esa edad no tienen su sistema digestivo preparado para eso. A veces ni a los seis meses lo están. (En algunos casos, por temas de reflujo, se introducen sólidos más temprano, pero esos son motivos especiales, a veces hay que hacer excepciones). No pongamos en juego la salud de nuestros hijos, por “monerías” de que nos parece gracioso que coman. ¡Comerán toda su vida! Seamos pacientes y agotemos cada etapa. Creo que por esa alimentación prematura, hay tantas personas alérgicas, con problemas estomacales, obesos, etc.

He expresado que no soy fanática de nada, ni critico a las madres que deciden o no pueden lactar. Pero sí defiendo la lactancia y creo que es lo mejor, por mucho. Hasta los seis meses tu bebé no necesita NADA MAS, aparte de leche. Me dio mucha risa cuando la niñera de mi hijo me preguntó si algún día le daríamos agua al niño. Fer tiene ocho meses y probó agua por primera vez hace como un mes, cuando empezó a comer sólidos. Hasta esa edad solamente ingirió leche materna (pesa 21 libras y tiene 74.5 cms de largo…). De modo que, paciencia, habrá tiempo para todo.

Independientemente de la edad (normalmente a los seis meses), algunos indicios de que el bebé está listo para ingerir sólidos son:

– se sienta solo y puede quedarse sentado sin ayuda;

– ha duplicado su peso de nacimiento;

– muestra interés y curiosidad cuando ve algún miembro de la familia comiendo;

-tiene control de sus manos, para tomar objetos y llevarlos a la boca;

Si todos estos son un sí, ¡ya es hora de comer! Debemos prepararnos para ello. Algunas de las cosas que debemos tener a mano son:

– silla alta de comer. Acostumbremos a nuestros bebés a tener un ritual para comer. No negociemos modales, aún a temprana edad. Ellos no saben, somos nosotros que le ponemos “mañas”. El bebé, si está en la casa, debe comer en su sillita, amarrado, por su seguridad; no tendremos manos para agarrar el bebé y tratar de darles de comer… ya verán es todo un reto!

– baberos, preferiblemente lavables e impermeables, se ensucian mucho!

– cucharas blandas, sin filos, de plástico;

– platos pequeños, no se imaginan lo poco que come un bebé al principio. No se desilusionen, después de tanta preparación, tu bebé comerá media cucharada las primeras veces… si logra eso, va muy bien! Las primeras veces son intentos… elige un momento donde el bebé no tenga sueño ni demasiada hambre. Tu debes estar de buen humor y relajada. No te preocupes si no le “gusta” lo primero que le diste a probar. No significa que no lo comerá después.

En otro post daremos algunas ideas de con cuáles comidas iniciar y las que se pueden ir introduciendo luego. Mientras tanto, purés de frutas naturales, como manzanas y peras son muy buenas para iniciar la introducción de sólidos, así como papillas sin gluten, (la marca Nutribén, por ejemplo, tiene de arroz, de arroz y maíz y de frutas, todas sin gluten).  Recuerda que estas son recomendaciones en base a mi experiencia, pero tu pediatra es el profesional calificado para indicarte cuándo tu bebé está listo para comer y con cuáles sólidos iniciar.

A tener paciencia! Es un proceso… dentro de poco estarán comiendo de todo y mucho!

 

 

 

 

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