Medidas de Seguridad en el Hogar cuando hay Bebés y Niños

Pocas cosas son más importantes para los padres que la seguridad de nuestros hijos. Sentimos ansiedad cuando no estamos en casa para cuidar de ellos y aún estando quisiéramos estar con los ojos puestos encima de ellos para evitar que les pase algún accidente. Bueno, eso es imposible. Pero sí podemos tomar ciertas medidas de seguridad para minimizar los riesgos de accidentes.

Si tu bebé ya tiene seis meses o edad suficiente para desplazarse solo de algún modo, ya sea arrastrándose, gateando o caminando, te invito a mirar tu casa y tu entorno con otros ojos. Identifiquemos, dónde puede haber peligro de cualquier índole. Busquemos objetos que puedan caer encima de ellos, filos, esquinas, enchufes eléctricos, objetos punzantes mal puestos, objetos pequeños que puedan tragarse, en fin… Sin ánimos de asustar, es para que tomemos los correctivos de lugar y hagamos nuestros hogares más seguros para el bien de nuestros hijos, para nuestra propia tranquilidad y de los que cuidan de ellos.

Aquí te menciono algunas medidas de seguridad que podemos poner en práctica, pero lo más efectivo, es que examines tu propio entorno y modifiques lo que te cause ansiedad o lo que creas que puede ser peligroso para tu bebé y/o tus niños.

  • Tengamos control de las vías de acceso a nuestro hogar en todo momento: puertas principales, ascensores/elevadores, puertas de hierro traseras, ventanas, etc. Aseguremos que el niño no pueda abrirlas solo, tanto por su propia seguridad, como para evitar que deje entrar a algún extraño;
  • En las ventanas poner “serenes”, mallas metálicas o hierro, cuestión de que no puedan salirse por ellas. Si hay un mueble cerca de una ventana donde puedan subirse, tomar las medidas de lugar para evitar esta situación;
  • Si alguna puerta tiene candado, no dejemos el mismo colgando abierto en la puerta; esto es peligroso pues puede caerle encima al bebé; los niños pueden “jugar” con el candado y puede lastimarse la mano (mi hermana se rompió un dedo con un candado siendo pequeña), los niños inventan con todo, ¡en un abrir y cerrar de ojos!;
  • No dejemos llaves (del hogar y de vehículos) al alcance de los niños, pueden perderlas y causarnos un mal rato; o peor aún, pueden terminar en manos de un extraño y nos veremos precisados a cambiar todos los llavines;
  • Mantener cerradas las puertas de los baños y las tapas de los inodoros/sanitarios. Si notamos que el bebé tiene curiosidad por abrir los sanitarios, debemos ponerle unos seguros que venden para evitar que los puedan abrir, es peligroso, pueden ahogarse si se caen dentro;
  • En los baños y en la cocina, evitar poner sustancias tóxicas en gavetas o armarios que queden al alcance de los pequeños, tales como detergentes, alcohol, acetonas, medicinas, etc.
  • Evitar el almacenamiento de agua en recipientes sin tapas seguras, tales como “poncheras”, cubetas, bañeras, etc. Un bebé puede ahogarse en pocos centímetros cúbicos de agua.
  • Guardar objetos punzantes, tales como tijeras, cuchillos, sacacorchos, cortauñas, pinzas, etc. en lugares altos, donde no puedan acceder los niños;
  • Si hay armas en la casa, siempre guardarlas en un lugar seguro, que no pueda ser alcanzado por nuestros pequeños y de manera tal que no pueda dispararse al simple contacto; Preferiblemente, evitar que ellos sepan dónde se guardan y no manipularlas en su presencia, ni siquiera para limpiarlas, para no incentivarles la curiosidad;
  • Cubrir los filos y las esquinas de las mesas con unas gomas especiales para evitar golpes; 
  • Tapar los tomacorrientes con piezas plásticas especiales para tales fines;
  • No dejar enseres eléctricos conectados ni prendidos (secador de cabello, tostadoras, licuadoras, planchas, etc);
  • En escaleras y en la puerta de la cocina cerrar el acceso con puertas portátiles especiales para bebés;
  • Si los niños ya pueden caminar, poner cintas anticaídas en las escaleras, para minimizar riesgos de resbalones; enseñarles a no subirlas y bajarlas solos, que deben estar acompañados por un adulto;
  • Si las escaleras de la casa tienen huecos en los lados, por los cuales puede caber el bebé/niño, taparlos de algún modo hasta que crezcan;
  • Tratar de que los niños no estén cerca del horno y la estufa cuando estén prendidos. Aun cuando no estén cerca, tratar de que los mangos de las sartenes queden del lado hacia dentro, para que en caso de derrames, caiga lo menos posible al piso y evitar quemaduras;
  • Evitar el acceso de los niños a fósforos, encendedores y objetos similares;
  • Estar siempre pendientes a objetos pequeños (clips, grapas, bolitas de cualquier índole, etc.;) que puedan ser tragados por los bebes/niños; Evitar que estén en el piso o en lugar de fácil acceso. Una vez leí que cualquier objeto que quepa dentro del hueco de un rollo de papel de baño, cabe por la tráquea de un niño. De modo que cualquier objeto que quepa por ese hueco, debe ser manejado por el niño bajo supervisión constante. 
  • Enseñemos a nuestros pequeños a cuidar su cuerpo.
  • Algunos trucos son: acostumbrarlos a bajarse de los asientos, cama, sofás etc., boca abajo, con las nalguitas hacia arriba; así, en caso de caerse, es mejor que el golpe sea en sus nalguitas y no de frente, en su cara o dientes; dejarlos que entiendan el peligro, si es necesario que vean lo alto que es algún lugar y que no pueden bajarse solos, el hecho de que experimenten el susto (supervisados) evitará que lo quieran hacer solos, no solamente decir “No hagas eso” o “No puedes hacer tal o cual cosa”, sino darles alternativas y enseñarles cómo acceder a lo que quieren de manera segura, o cómo subirse, y a veces, simplemente, a pedir ayuda;
  • Tener banquitos o taburetes para niños, es buena idea, pues en vez de subirse en lugares inseguros, esto les da una alternativa para poder llegar a ciertos lugares que necesitan acceder, como sus camas o los lavamanos. Aún a corta edad, podemos enseñarles. Fer tiene apenas un año, y sabe cuándo no puede ponerle la mano a algo; es cuestión de hablarles y repetirles cuantas veces sea necesario, y darles opciones. Si no queremos que le pongan la mano a algo de vidrio o rompible, decirles que eso no es un juguete, y distraerlos dándoles algo con lo que puedan jugar. O si insisten, dejarlos que lo toquen, para saciar su curiosidad, pero repetirles que no es un juego y desviar su atención, evitando quitarles el objeto a la fuerza; es preferible que ellos lo entreguen por sí mismos.  A los niños más grandes, enseñarles que solo los adultos (mamá, papá, abuelos o nanas) pueden darles medicinas, y que ellos solos no pueden hacerlo, y otras medidas similares. Explicándoles que es por su seguridad. Los niños entienden más de lo que uno se imagina.
  • Acostumbremos a nuestros niños a respetar las medidas de seguridad, comenzando por lo que tienen a su alcance. Esto es, desde bebés acostumbrarlos, si están sentados en su silla alta de comer, aún si estamos ahí, que deben estar amarrados con los cinturones de seguridad, lo mismo en sus coches, en sus sillas del carro, etc. No solamente hacerlo de rutina, sino comentarles, mientras los aseguramos, que es importante, por su seguridad (sin infundirles miedo, solo destacando el hecho de que queremos que estén seguros).
  • Respetemos las edades y los pesos límites de los objetos para nuestros bebés. Si un cambiador de bebé, dice que es máximo para 35 libras, dejemos de usarlo cuando nuestro hijo llegue a ese peso. Igualmente, estemos pendientes a las cunas, muchas de ellas se pueden cambiar de posición al llegar a cierto peso, para evitar que los bebés se “tiren” de ellas. Si la nuestra no tiene estas opciones, evaluemos si el niño está listo para una camita de niños. Si queremos usar una cama convencional, venden unas barandas especiales para evitar caídas.
  • Tener en casa un botiquín. Ante cualquier eventualidad, es bueno tener a mano: termómetro, acetaminofén, alcohol, gasas, crema para golpes (Trombocid, por ejemplo, para evitar moretones); antialérgico, en caso de intoxicación, crema para quemaduras, etc.
  • Si tienes piscina o jacuzzi en casa, debemos tener instrucciones y reglas claras con respecto a su uso, prohibirles entrar a ellos sin un adulto, aunque sepan nadar. Si los niños aún no saben nadar, es recomendable cubrirlos en momentos que no estemos en control de la situación, o mejor aún, evitar que tengan acceso a estos si están solos. En el caso de los jacuzzis, es preferible que estén vacíos, si no se están usando;
  • Al montarnos en nuestros vehículos, especialmente si vivimos en casas, NUNCA arrancar sin cerciorarnos de que no haya nada di nadie, delante o detrás de nuestros vehículos; los niños pequeños se mueven rápido y no es posible verlos desde el vehículo. 

Estas son solo algunas medidas para tener en cuenta, nosotros los padres somos los mejores jueces para evaluar nuestro hogar y tomar las medidas necesarias para minimizar riesgos. Pero debemos aseguramos de que las demás personas que viven en nuestras casas y que cuidan de nuestros hijos conozcan y están conscientes de estas medidas. Pidamos ayuda en lograr el objetivo de hacer nuestros hogares lugares más seguros. Involucremos a los propios niños en lo que entendamos pueden ser de ayuda y siempre hablemos de estos temas de manera abierta y sin infundir miedo. Seamos categóricos cuando entendamos que es necesario, si es por la seguridad del niño.

Seguimos aprendiendo a ser papás, Un día a la vez…

 

 (Imágenes tomadas de Google Images

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