La Lactancia. El mejor consejo, tomarlo sin estrés…(Primera Parte)

Al empezar a escribir para Un Día a la Vez y en la tarea de ir esbozando los temas que con más frecuencia preocupan a las mamás, -primerizas o no (la verdad es que cada embarazo, cada hijo, cada experiencia es diferente y una no para de aprender, de descubrir)- evidentemente, el tema de la lactancia es si no el más popular, uno de los más. 

 La lactancia es, penosamente, a veces, hasta motivo de temor, de frustración, cuando debe ser una experiencia chulísima de mucha intimidad entre tú y tu bebé. Momentos únicos que al terminar esta etapa añorarás. La queja generalizada es que hay mucha gente alrededor opinando. Los esposos diciendo que es demasiado trabajo, los médicos diciéndote que tienes que hacerlo, pero no siempre aportan ideas de cómo lograrlo. 

Por otro lado, cuando escuchan a madres decir que lactar se nos hace muy fácil, no nos creen que fué muy fácil y que es posible. En fin, es tanto lo que puedo hablar del tema que vacilé mucho antes de sentarme a escribir sobre el mismo. Es un tema tan real, tan tangible, pero a la vez psicológico, sublime, frágil.

Depende de tantas cosas y, para colmo, del momento oportuno. Si dejaste pasar el tiempo preciso y no logras establecer la lactancia, lamentablemente, puede ser muy tarde o muy difícil de retomar. De modo que sería muy felíz si logro no asustar; todo lo contrario, alentar a quien me lea, que me crean cuando digo que es una experiencia increíble. Que es posible, natural, fácil (aunque requiere disciplina y preparación). Aún hayas tenido una experiencia previa no tan agradable, no significa que tienes una etiqueta de “no lacto”. Y es por esto que no pretendo en un solo post abarcar el tema de la lactancia. 

En esta primera ocasión, no entraré en detalles, ni tips, ni nada puntual de cómo lograrlo, simplemente me limitaré a expresar lo que pienso del tema y cómo logré formar mi opinión al respecto. De nuevo, como siempre digo, no me considero experta en estos temas, simplemente hablo desde mi experiencia, pues no me ha ido mal. 

He logrado almacenar cientos de onzas de leche materna. A veces no me gusta decirlo, pues puede sonar arrogante y ese no es el espíritu, en lo absoluto. Genuinamente, la intención es que todas las mamás puedan lograrlo. Es lo mejor, le hace bien al bebé, al medio ambiente, a la economía familiar y para rematar hace maravillas con tu figura!

Sin embargo, no soy fanática para nada; no critico en lo absoluto a quien no pueda lograrlo o decida no lactar. Más aún, creo que para lograr la lactancia se debe partir de la siguiente premisa: “quiero lactar, voy a intentarlo; ahora, si no se pudo, no pasa absolutamente nada”. Sin pena ni estrés gracias a Dios que hay tantas fórmulas para comprar. No pasará nada y será un caso más de los miles y miles de bebés que, como yo o alguna de ustedes, fuimos criados con fórmula. Antes, como que no se usaba mucho eso…mi mamá no logró más que unos tímidos primeros meses, no exclusivos; de hecho, la oí decir que se comentaba que la fórmula tenía más nutrientes… total falacia!), pero no es el fin del mundo, si hay que alimentar al bebé con fórmula. 

Lo importante es que lo intentes y te dispongas para tratar de hacerlo, sea cual sea el resultado. De modo que, mi primera recomendación para prepararse para lactar, es partir de que si no se puede, no ocurre nada. Sabes que lo intentaste o te sientes cómoda si tomaste la decisión de no hacerlo. 

Existen grupos de apoyo, literatura en cantidad, Google, Wikipedia, en fin muchas fuentes de información sobre la lactancia, pero como en todo, hay que tomar y dejar. Y más si se trata de algo tan personal. Detesto los extremos y cuando se manejan las cosas drásticamente, sin sentido común (nunca se aparten de lo que su corazón, su lógica les dicte), hay un rechazo natural en mí. 

Me desilusionó mucho la forma en que un grupo de apoyo al cual pertenecí virtualmente por un tiempo, manejaba a una madre, evidentemente desesperada, con los pezones destrozados, cansada, culpable. Le habían metido en la cabeza que si no lactaba estaba mal, y no le estaba dando “lo mejor” a su bebé. La forzaban a seguir “pegando al bebé”, que “imposible” dejar de hacerlo. Totalmente errado esto, cómo un tema tan sicológico, que depende tanto de tu estado anímico, tu condición física y del apoyo familiar, se trate con tal rudeza y a tales extremos. (Hasta ese día duré inscrita!).

No pretendo estar en lo cierto, ni criticar o contradecir a nadie, solo quiero compartir mi experiencia, ha sido muy buena. Pude lactar a mi primer hijo de manera 100% exclusiva durante 9 meses;  a esa edad empezó a poner cara extraña cuando le daba el seno, menos mal! Ya me estaba cansando! De todos modos se tuvo que tomar le leche materna que tenía en el freezer por par de meses más. Hasta las papillas se las hacíamos con mi leche. Con Fer, nuestro segundo bebé, vamos seis meses y medio del mismo escenario y 19 libras y pico de buches y muslos!

 Espero poder recopilar y organizar bien mis ideas de manera tal que pueda hacer llegar el mensaje de cómo lo he logrado. Es muy posible y hasta natural, será parte de tí, y lo harás como cepillarte los dientes en las mañanas, de manera automática. Pero como para todo en la vida, hay que tener disposición, deseos genuinos de lograrlo y, por supuesto, preparación y disciplina. 

Lo lograremos! Un día a la vez…

 

 

Next ArticleVacaciones! Tiempo ideal para organizar...